Hace exactamente veinte años la peseta dejó de ser nuestra moneda. Rostros que, en ella, nos frecuentaron dejaron de pasar, de mano en mano, por delante de los ojos. Y corazón que no ve… Desde el Museo vamos a intentar recordar aquellos rostros, aquellos nombres, los méritos que tras ellos concurrían para justificar su omnipresencia. ¡El valor!
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