El Museo de Chiclana expone permanentemente obras de Sebastián Gessa Arias (Chiclana, 1840 – San Agustín de Guadalix, 1920), el pintor chiclanero más relevante del XIX junto con Juan Antonio González -con quien, tras cursar sus estudios académicos, marcha a París, meca entonces del arte-. Sin embargo, concebidas ocasionalmente las Exposiciones Temporales del Museo como ampliaciones monográficas de la Exposición Permanente, alguna vez hemos abundado sobre Gessa, tal fue el caso de “Pintoras magistrales. El magisterio de Gessa Arias”.
En esta ocasión, el Museo vuelve de manera temporal sobre este pintor para mostrar al público varias pinturas que, aunque ya forman parte del patrimonio artístico chiclanero, no han sido disfrutadas por el público aún. Pues ha sido, callada y constantemente, labor del Museo seguir incrementando los fondos del mismo con piezas de Sebastián Gessa o que de alguna manera remitan a su obra, una obra en la que distinguimos dos vertientes fundamentales: su obra plástica propia y su magisterio.
De su obra plástica, aparte obras ya integradas en la Permanente -una acuarela y un dibujo seleccionados para esta ocasión con un criterio científico más que puramente estético, pese al indiscutible interés artístico de ambas piezas-, presentamos por primera vez en público cuatro óleos suyos -sobre tabla o lienzo- adquiridos en los últimos años, y que han pasado anteriormente por su proceso de limpieza y puesta a punto antes de su aparición pública. Entre estas cuatro obras, la de mayor tamaño y mayor complejidad compositiva presente en Chiclana.
Pero Gessa, pintor de las flores que le llamaron, fue maestro también de pintoras -con frecuencia abocadas a este tipo de pintura “de género” que encontraron en Gessa un maestro de primera y que alcanzaron altura y renombre, tanto, imcluso, como su propio maestro Su dimensión didáctica -ampliamente tratada en la Exposición Temporal “Pintoras magistrales. El magisterio de Gessa Arias antes mencionada”- está presente aquí en piezas de sus alumnas -o que a ellas remiten- que también ha adquirido en los últimos tiempos el Museo de Chiclana, entre estas piezas un interesante bodegón de Julia Alcayde nunca antes expuesto en público.
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