Mirador desde tiempos inmemoriales, atalaya chiclanera por excelencia, desde la cumbre de Santa Ana hemos podido -a través de la visión prácticamente global que nos permite- observar el crecimiento de nuestra ciudad. No es de extrañar que, más o menos desde este lugar, se tomara la vista de la primera representación que de Chiclana conservamos. Una serie de fotografías nos mostrarán la transformación progresiva de la ciudad.
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