Los espacios dedicados al presente de Chiclana se ocupan por igual del ocio que del negocio. Así, junto al campo -secular modo de vida y sustento de sus habitantes-, aparece, o se incrementa, la industria: la del vino (con ese experimento lleno de novedad para la época que fue Campano), la de la Almadraba o la industria salinera, entre otras. Una Chiclana industrial desde sus balbuceos iniciales en pequeños talleres con frecuencia familiares hasta ese perfil actual que cuenta con varios polígonos que multiplican la oferta industrial, los hoteles o los campos de golf de esa otra industria, la turística y de ocio, tan relevante para la economía de la ciudad.
Y de lo que ofrece Chiclana al ocio de sus habitantes y de cuantos la visitan, habla también este espacio dedicado al presente y al futuro: las fiestas de más arraigo, las más populares (Semana Santa, Feria y Fiestas de San Antonio, Carnaval, etc...), las más llenas de arte.
Entre el arte y la industria, una peculiar manera de artesanía que llevó el nombre de Chiclana por todo el mundo: Las Muñecas de Marín.
Proyectos y acontecimientos venideros de relieve cierran el recorrido de la Exposición Permanente de este Museo que pretende ser una aproximación a la Historia de la ciudad a la par que a la memoria más entrañable de su gente. Historia e Intrahistoria hermanadas.