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Otra mujer que pintaba otras flores

Carmen Espel
De 30/07/2023 hasta 03/09/2023
Carmen Espel (Barcelona, 1926-2017) se inclinó por el dibujo -ha ocurrido con otros artistas- a raíz de una enfermedad que la recluyó en casa. Tenía nueve años entonces, y el dibujo era, al menos, una ventana por donde respirar. El talento de Carmen se le hizo evidente a su padre, hombre bien relacionado con el mundo cultural y artístico, y pronto pudo la incipiente artista orientar, a través de esos contactos -Mir, Anglada Camarasa y otros- su vocación.
 
Menuda, inquieta, extrovertida, obstinada y perseverante, pronto expresa su firme decisión de dedicarse a la pintura. En 1940, convence a su padre para asistir, contra lo acostumbrado en su época tratándose de una muchacha, al taller de Armand Miravalls Bové. Sin embargo, el hallazgo decisivo lo marcará el encuentro con el pintor Ramon Sanvisens, en cuya escuela -en la que también encontrará a Teresa Llàcer, que poco a poco se irá encargando de la didáctica- comenzará a trabajar el óleo. 
 
Pintor eminentemente colorista -en la línea de Tiziano, Goya, Van Gogh o Chagall, entre otros-, Sanvisens será clave en el devenir de la pintura, personalísima, de una Carmen Espel -a la que augura pronto futuro como paisajista- que, aunque se ocupe de otras temáticas, pronto triunfará con sus bodegones florales, asunto tratado por tantas otras pintoras pero aquí, y así, tan solamente suyo.
 
“Las flores de Carmen Espel justifican plenamente -según el historiador del arte Jordi González Llàcer- los comentarios elogiosos de la crítica sobre su pintura. (…) Para ella las flores, lozanas, perfumadas, frágiles, son (…) una materialización natural y necesaria de las cualidades del color que a ella la enamoran”. En una entrevista publicada en 1977, la propia artista afirmaba que “Pintar es como estar enamorada, es un sentimiento que no puedes evitar”.
 
Casi una veintena de obras de esta pintora corroboran las palabras de Jordi González.

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